En una tienda de alimentación especializada de Traverse City, Michigan, un gerente llamado Shea O’Brien fue acusado recientemente de no saber leer por un cliente enfadado porque un tipo de pescado que estaba anunciado en rebaja se habÃa agotado. En otro caso, dijo O’Brien, un hombre que no querÃa llevar mascarilla agredió verbalmente a otra empleada, intercalando insultos personales con un improvisado soliloquio sobre la libertad y la tiranÃa hasta que la empleada empezó a llorar.
“No paraba de gritar: ‘La gobernadora ha dicho que ya no tenemos que llevar cubrebocas’â€, dijo O’Brien. La respuesta de la mujer —que seguÃan siendo obligatorias en lugares con un determinado número de trabajadores— no hizo sino enfurecerlo más.
Finalmente, el propietario llegó y “le dijo al cliente que no volviera nunca másâ€, dijo O’Brien.
No es tu imaginación: el comportamiento de las personas realmente ha empeorado. En un estudio realizado a mil adultos estadounidenses durante la pandemia, el 48 por ciento de los adultos y el 55 de los trabajadores dijeron que en noviembre de 2020 esperaban que el civismo en Estados Unidos mejorarÃa después de la elección.
Para agosto, la expectativa de mejorÃa habÃa caÃdo al 30 por ciento en general y al 37 por ciento entre trabajadores. En general, solo el 39 por ciento de los participantes opinaron que creÃan que el tono de Estados Unidos era civilizado. El estudio también halló que las personas que no tenÃan que trabajar con clientes eran más felices que aquellos que sà lo hacÃan.
“Hay una creciente bifuración entre los oficinistas y aquellos que interactúan con consumidoresâ€, señaló Micho Spring, la presidenta de práctica corporativa global para la compañÃa de comunicación estratégica Weber Shandwick, que ayudó a llevar a cabo el estudio.
Al mismo tiempo, muchos consumidores se sienten justamente agraviados por lo que ellos consideran como un servicio deficiente en compañÃas que efectúan gran parte de sus negocios en lÃnea —minoristas, operadores de televisión por cable, compañÃas de renta de autos y similares— y porque parecen casi interesados en evitar que los clientes hablen con personas reales.
“La pandemia ha dado permiso a muchas empresas para reducir su enfoque en la calidad de la experiencia que brindan al cllienteâ€, expresó Jon Picoult, el fundador de Watermark Consulting, una firma de consultorÃa sobre servicio al cliente.